Arte Japonés

Las pinturas japonesas son toda una variedad de escenas basadas en cuentos, como el cuento de Heke, o también, otras de batallas y paisajes.

Al ser una de las culturas más antiguas e importantes del mundo, se convierte también, en una de las más exóticas alrededor de los momentos en los que se transformó y se forjó el arte japones como tal. Países como Corea y China fueron claves, en el periodo Momaya  donde se estableció el contacto cultural con Japón, y también por donde entró el Budismo para inspirar la creación de imágenes budistas. Esto fue un factor significativo para el desarrollo del arte en Japón.

Las pinturas con escenas de paisajes, montes, cigüeñas, mujeres y hasta la de La Venta de Insectos Para Niños (Ito Shoha 1868-1912), son la representación gráfica de lo que fue y lo que es un mundo apartado, pero encontrado, que se encuentra aislado en un archipiélago. Es por esto, que quiero rescatar la belleza, el esplendor, la distinción y delicadeza de este arte labrado en toda una región caracterizada por su intelectualidad y por su manera sigilosa de ser. Describir la cultura japonesa puede llegar a ser un proceso de complejidad que requeriría, no sólo de conocer su arte, sino también su historia. Pero en este artículo, lo que quiero es presentar algunas pinturas. Juzguen ustedes lectores, y entenderán a lo que me refiero.


Actor de Kabuki. Utagawa Toyokuni (1769 - 1825)

Paisaje de Musashino y el monte Fuji. Anónimo. Siglo XVII

Lamento. Katsukawa Shun-ei (1762-1819).

Pescadoras de Mariscos. Kitagawa Utamaro ( 1753-1806 )

1 comentario:

  1. Epa-modo con que se saluda en algunos países de centroamérica, y que recién conocí-, Omar. Gracias por mostrar estas lindísimas imáganes del maravilloso arte oriental. Me haces invocar, admirado, a una pluma francesa, delicada y luchadora, al modo de Beauvoir, y ciertamente contemporáneas: Marguerite Yourcenar. Hace un tiempo la fisgoneé, leí cuentos suyos orientales, y quedé fascinado con la cantidad sublime de alegorías que en los mismos tejen toda una cultura...Piedras, ánforas, cortesanos, emperadores, lagos donde cabrillea la luz celeste, discípulos, rosas, mártires, pinturas del maestro, y mejor aquí les pongo unos bonitos fragmentos que iluminaron mis oscuras proyecciones metafóricas:

    "Desde hacía años, Wang-Fo soñaba con hacer el retrato de una princesa de antaño tocando el laúd bajo un sauce (...)"

    "Luego Wang-Fo habló de pintar a un joven príncipe tensando el arco al pie de un gran cedro (...)"

    Del emperador:
    "Su voz era tan melodiosa que daban ganas de llorar. Levantó la mano derecha, que los reflejos del pavimento de jade hacían parecer glauca como una planta submarina, y Wang-Fo, maravillado por el largo de aquellos dedos delgados, buscó en sus recuerdos si no había hecho del Emperador, o de sus ascendientes, un retrato mediocre que mereciera la muerte. Pero era poco probable, pues Wang-Fo hasta entonces no había frecuentado la corte de los emperadores, ya que había preferido las chozas de los granjeros o, en las ciudades, los suburbios de las cortesanas y las tabernas de los muelles en las que riñen los estibadores(...)"

    Esos algunos. Los invito los lectores de sin pretextos a que ubiquen fabulosos puntos de encuentro entre la melodía modulada de un ruiseñor y el cantar doloroso de un poeta en el seno de su madre muerta.

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